viernes, 24 de febrero de 2012

CUENTOS INFANTILES

1. LA CONEJA CHIAPA
Había una vez una coneja llamada Chipa que vivía en una casita en el medio del campo donde tenía su propia huerta.
Todas las mañanas apenas amanecía Chipa salía con su sombrero de paja y su jardinero rosado hacia su pequeña huerta.
A ella le encantaban todo tipo de verduras pero en especial las zanahorias, por eso desde temprano trabajaba en su huerta sembrando sus propios alimentos.
Una mañana temprano Chipa se levanto y decidió ir a recoger unas verduras de su huerta para desayunar con unas crocantes zanahorias. Pero que gran sorpresa se llevó!! al ver que en su pequeña huerta casi no había quedado nada de lo que sembró.

- ¡¡ Oh, no !!, ¿mi huerta, mis verduras, donde están?.
Chipa aún no sabía que en el campo andaban revoloteando unos pequeños bichitos de varios colores llamados señores candombés. Estos bichitos se diferenciaban por su color de cuerpo o lomo.
Chipa triste agarró las pocas zanahorias, las colocó en su canasta de paja y por un largo caminito se marchó hasta su casita. De repente detrás de ella aparecieron esos pequeños bichitos con lomos de distintos colores que volaban bajo, y estaban por comerles las pocas zanahorias que llevaba en su canasta. Los bichitos candombés eran muy angurrientos y comían de todo.
De repente Chipa comenzó a oír ruidos detrás de ella y se paro diciendo:
- ¡Oh no! , ¿quienes son ustedes? ¿qué quieren de mi ? ¿Acaso ustedes vaciaron mi huerta?
- ¡Somos los señores candombés!
-Yo me llamo lomo verde y acercándose dijo: ¡Dame una de esas … se ven deliciosas ! ¡No tocamos tu huerta! – exclamaron los bichitos.
Chipa enojada escondió sus zanahorias bajo los brazos, y dijo -¡ Ni lo piensen , son para mi almuerzo ! -mientras el señor lomo verde le insistía – ¡ dame una, dame una…!
- ¿Robaron algunas zanahorias de mi huerta? ¿como saben que son ricas? -dijo Chipa
- ¡Nosotros no fuimos! ¡Queremos solo probar unas! ¡Ven aquí!.
Los candombés seguían a Chipa que corría con su canasta muy, muy rápido.
Luego de unos días de trabajo decidió ir a recoger lo sembrado, valla sorpresa se llevo !, al ver a esos pícaros bichitos devorando sus zanahorias.
- ¡Ah, con que eran ustedes los que vaciaron mi huerta! ¡Regresen aquí….! , les gritaba Chipa furiosa.
Después de un largo día, Chipa con las pocas zanahorias que pudo recoger intentaba hacer una sopa para su cena. Cuando de repente sonó la puerta, era el señor lomo amarillo, el más viejo y sabio de la pandilla candombés.
- ¿Qué quieres ?, dijo Chipa
- Algunas zanahorias de su huerta.
- ¡Ni lo pienses…, ustedes me las robaron todas! -arrojándole agua en su cara.
- ¡Disculpe no sabia lo que había hecho la pandilla!
- Bueno, valla y hable con ellos, dijo Chipa enojada.
El señor Lomo amarillo muy enojado fue hablar con su pandilla y muy serio les dijo- ¡se han comido toda la huerta de la coneja Chipa!, debieron pedirle permiso para comer sus verduras….
Los señores candombés se sorprendieron ante tal acusación y se avergonzaron frente a lomo amarillo.
-  ¡Ahora van a tener que solucionar esto!, dijo lomo amarillo, mientras se retiraba muy preocupado, junto a lomo rojo que estaba arrepentido.
Entre toda la pandilla de candombés llegaron a un acuerdo y decidieron volver a sembrar zanahorias en la huerta para poder darle una sorpresa a Chipa.
Juntos trabajaron mucho, mientras lomo azul traía tierra, lomo rojo con un rastrillo la removía y sembraba. Lomo blanco se encargaba de regar la huerta.
Después de unos días los señores candombés buscaron a Chipa y le dieron una gran sorpresa. – ¡Qué contenta se puso ella! -al ver la huerta llena de nuevas zanahorias.
Desde ese día la pandilla candombés ayudaría a Chipa con la huerta y ella a cambio les daría algunas zanahorias. Y así los bichitos aprendieron a que había que respetar el trabajo y lo que era de los demás y pedir permiso para tomar algo ajeno.


2. EL  MUÑECO DE TAPO DE MARIA

María era una niña de cinco años, que tenía sólo dos preocupaciones en su vida: sus padres y su muñeco de trapo.
María quería tanto a su muñeco, que si se separaba de él más de diez minutos, ya notaba que le faltaba algo, e iba rápidamente a buscarlo para estar con él.
El muñeco de trapo tenía ya muchos años, porque María lo había heredado de su madre, y por eso tenía las ropas rasgadas, y uno de sus ojos estaba a punto de caerse.
Cuentos-infantiles-La-muñeca-constipada
La madre de María vio al muñeco de trapo tan deteriorado, que decidió tirarlo a la basura y comprarle otro muñeco moderno a su hija.
Cuando se enteró María, fue corriendo al cubo de la basura, sacó al muñeco y se lo llevo a su cuarto, donde se puso a
Cuando se enteró María, fue corriendo al cubo de la basura, sacó al muñeco y se lo llevo a su cuarto, donde se puso a llorar abrazada a él.
Sus padres fueron a hablar con ella, pero María no quería hablar, estaba muy enfadada y no entendía por qué sus padres habían hecho eso.
Después de llorar un rato, María saltó como un resorte de la cama y se fue a buscar aguja e hilo. Cogió al muñeco con una mano y con la otra empezó a coserlo en todo aquello que estuviera roto
Después, llevo al muñeco de trapo al baño y lo lavó con agua y jabón hasta que pareció nuevo.
Luego fue a ver a sus padres y les dijo: “Papá y mamá, os perdono, pero debéis saber que un muñeco roto puede ser mucho más importante para mí, que cincuenta muñecos nuevos y modernos“.



3. LAS ESTACIONES DEL AÑO
Había una vez, cuatro estaciones del año que se hacían llamar la Primavera, el Verano, el Otoño y el Invierno. Cada estación era de una manera de ser, pero había dos que se llevaban muy mal, ¿y quienes se llevaban mal?, os estaréis preguntando, pues el Invierno con el Verano.
Desde que se conocieron el Invierno y Verano, siempre se han llevado mal, pues al Invierno le gusta mucho el frío, que llueva y nieve, y sin embargo, al Verano le gusta que haya más días de sol, que llueva poco y que haga calor. Así que son como polos opuestos.
Cuentos-infantiles-las-estaciones-del-ano

Sin embargo, un día se juntaron las cuatro estaciones del año, para resolver este problema. La Primavera viene después del invierno, y con ella los árboles y campos empiezan a florecer, y deja de hacer tanto frío. Y el Otoño, empieza después del Verano, y con él, las hojas de los árboles se caen, comienza a hacer frío y hay algunas lluvias.
En la reunión que tuvieron, tanto la Primavera como el Otoño les intentaban explicar al Invierno y al Verano que deben llevarse bien, pues gracias a los cuatro el ciclo de la vida en la Tierra es posible.
La Primavera dijo:”Invierno, gracias a ti todos la seres vivos pueden vivir, pues existe el agua y con los deshielos llenas los ríos. Y Verano , gracias a ti y tu magnífico sol veraniego, hay vida en el planeta y un clima para que los campos puedan terminar de florecer para darnos alimentos. Así que, como veis no sois tan diferentes“.
Tanto el Inverno como el Verano se quedaron pensando unos minutos, y después el Invierno dijo: “es verdad, Primavera, ahora lo entiendo, tenemos que estar unidos, pues gracias a que cada uno desempeñamos una función a lo largo del año, existe la vida en el planeta.
Así fue como la Primavera y Otoño hicieron reflexionar al Invierno y al Verano, haciéndoles ver que sólo estando unidos, y no enfrentándose, conseguirían mantener el equilibrio en la Tierra.


4.  EL ELEFANTE TROMPETISTA
Habia una vez Nuestro amigo, el elefante Jami, cuando era más pequeño solía juntarse con algunas amigas de su clase para ir a tocar canciones con sus instrumentos.
Un día el elefante Jami salió de su casa camino a la casa de Anne, una de sus amigas músicas, cuando de repente al pasar por un parque, un pequeño insecto se metió dentro de su trompa.
Cuentos infantiles - El elefante trompetista
Jami el elefante, no paraba de estornudar una y otra vez, pues el mosquito le hacía cosquillas en la trompa, aunque se resistía a salir.
Mientras Jami no paraba de estornudar, pensó que si el mosquito no salía de su trompa, no podría volver a tocar la trompeta, así que gritó pidiendo ayuda:”Socorro, Socorro, necesito ayuda”.
Por aquel parque no había nadie en esos momentos, sin embargo, un pájarito que estaba posado en un árbol, se acercó hasta donde estaba el elefante Jami para ayudarle.
“Hola elefante, ¿qué es lo que ocurre?”, le preguntó el pajarito.
“Pues que… chis chis, se me ha metido un…


5. LOS PERROS ABANDONADOS

Había una vez dos perros que tenían un poder muy especial, algo mágico. Estos dos perros Ron y Harry, podían hablar con las personas.
Ambos perros eran aún muy pequeños, pues acababan de cumplir los cuatro meses. Ron era un perro de raza boxer y Harry era un perro labrador. Eran muy inteligentes y muy buenas mascotas.
Sin embargo, un día la familia con la que vivían estos cachorros, los abandonaron dejándolos en la calle, expuestos a todos los peligros.
Pero por suerte, al siguiente día de estar abandonados, una joven pareja de novios, Laura y Jorge, que pasaba por la misma calle donde estaban los cachorros, los encontraron.
La pareja de novios se miró a los ojos tras estar acariciando a los perros, y lo tuvieron muy claro, adoptaron a los cachorros.
Tanto Ron como Harry, estaban muy contentos y felices, pues aunque son animales necesitan atención y cariño. Además estaban hambrientos, pues llevaban muchas horas sin comer nada.
Al llegar a la casa, Ron y Harry, decidieron no utilizar sus poderes mágicos para no asustar a sus nuevos dueños. Pero lo que sí utilizaron es algo que sabían hacer muy bien, estar cerca de Laura y Jorge, dándoles cariño.
Hay que saber, que si tenemos una mascota, conlleva una gran responsabilidad y no podemos desvincularnos de ella sin más.
Ahora Ron y Harry están muy contentos en su nuevo hogar, y vivieron felices para toda su vida.

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